¿Pymes de fiesta?

Hoy es un día de mucho calor. Son las 6 de la tarde y estoy cerrando el boliche que lo abrí a las 7 de la mañana. Otro día de mucho trabajo.

Decido revisar los mensajes después de un día intenso, y me encuentro con un WhatsApp que detalla los gastos de los festejos de los 300 años de Montevideo organizados por la Intendencia de Montevideo. En ese momento, caigo en la cuenta de que todo mi esfuerzo, mi trabajo y mi sacrificio han sido destinados a financiar ese capricho.

Se desembolsaron más de medio millón de dólares en artistas. Además de eso, hay que agregar algunos palos gringos en seguridad, instalaciones de baños y todo lo necesario para realizar un evento artístico de esta magnitud, todo esto para una celebración de dudosa conmemoración. Todo esto por motivos políticos, simplemente porque la intendente está en modo “campaña”.

Agarré un papel y me saqué el lápiz de la oreja, como hacemos los trabajadores comunes todos los días en el mostrador. Hice un cálculo rápido: aproximadamente 10 millones de dólares, dividido entre 120mil Pymes en Montevideo. Esto da un resultado de 90 dólares por Pyme. Con un dólar a 40 pesos uruguayos (aprox), resulta que cada Pyme contribuyó con más de $3.500 para esta celebración. Es decir, la fiesta de la señora intendente nos costó en unas horas lo que para muchas Pymes representa la ganancia de un par de días.

¿Me seguís? Ayer, Hoy y Mañana, ¡trabajamos todo el día para financiar la fiestita!!!!

Ahora me hago la pregunta: si esto es lo que hace siendo intendente, ¿cómo será en otra posición? Ayer vino un amigo que tiene una Pyme, dueño de la pizzería de enfrente, y me dijo que iba a cerrar porque no podía sostener más la situación. Me pregunto: ¿cuántas Pymes como la de este amigo pizzero van a tener que ser «sacrificadas»?

¡Ojo, no te engañen! Esto es aparte de los 17 días de trabajo al mes que nos quita el Estado por otros conceptos. ¡Es un EXTRA!»

¿Viste a esos nenitos caprichosos? Ese es el Estado, y nosotros somos los padres permisivos que no les decimos que no pueden tener todo. ¿Y sabés en qué termina esto? En una familia con un caos financiero, contando monedas para poder llegar a fin de mes.

Solo nosotros los bolicheros, conocemos en carne propia el sufrimiento causado por estas exigencias. Debemos ponerles fin, y para lograrlo, debemos sentarnos con ellos, hablar con firmeza, y exigir el cese de estas prácticas abusivas.

Pablo Galli – Empresario Pyme (Agrupación Volver al Origen)

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