La expresidenta del Inisa y una de las referentes del Espacio de los Pueblos Libres (Cabildo Abierto), se refirió a los cambios necesarios a nivel estatal para combatir al crimen organizado en forma más eficaz.
¿Nos quitamos las vendas y actuamos, o seguimos adormecidos?
El desafío es muy grande. ¿Es el momento oportuno para tomar las riendas del asunto y dar pelea al crimen organizado o por el contrario seguir con la teoría del “acá no pasa nada”?
Dejemos las excusas, porque no solo se necesita aumentar el presupuesto, también hay mucho de convencimiento y determinación de quienes tienen que hacer lo que hay que hacer para darle las garantías a la gente y defender la democracia.
Se repite sistemáticamente y en variados casos, cuando nos preguntamos: ¿qué pasa que no se avanza en operaciones prácticas y acciones concretas contra el crimen transnacional organizado (CTO)?
¿Está Uruguay y sus instituciones, marco jurídico y profesionales preparados para afrontar este desafío?
Vivimos en una democracia plena y por ahora sólida, con un sistema legal robusto en la mayoría de los temas. Sin embargo, desde hace algunos años Uruguay está siendo infiltrado por los tentáculos y las poderosas redes de la delincuencia transnacional, haciéndonos cada día más vulnerables. Esta situación se hace visible con el número de homicidios vinculados a la causa, la violencia en los barrios, la falta de seguridad, el temor que se percibe en la comunidad y el condicionamiento de las libertades con las que siempre presumimos los orientales.
Tener autocritica es el primer gran paso para poder hacer los cambios que son, a esta altura, no solamente necesarios, sino absolutamente urgentes.
Si hablamos de la propuesta dual desde la cartera de Interior, de prevenir y reprimir, estaríamos en la misma línea.
La trata de personas, el narcotráfico, el tráfico de armas, la corrupción y el contrabando son algunos de los delitos que tenemos instalados en nuestro país.
En base a la experiencia de gestión que hemos ejercido en la Presidencia del Inisa, estamos convencidos que el Estado uruguayo trabaja en compartimentos estancos con los inconvenientes y efectos negativos que significan.
Más allá de la lentitud y la burocracia del Estado, las dependencias suman algunas otras situaciones que deberíamos mejorar; se superponen las tareas, hay falta de coordinación y también de cooperación interinstitucional. Las acciones no pueden depender de la cortesía, la cercanía o la vinculación personal, tampoco se pueden simplemente dejar a la voluntad de los jerarcas a los que les compete la tarea. Esa articulación debería estar formalizada, aceitada y garantizada como un canal permanente de funcionamiento cotidiano para ser eficaz y eficiente.
Esta es hoy una de las principales barreras que impiden los avances que necesitamos. Alguien podrá aducir que falta presupuesto, recursos humanos y capacitación, y es real… Pero no todo pasa solamente por lo económico, ¡y eso es alentador!
El tiempo es otra de variables a tener en cuenta en esta guerra. Y parece que tampoco se tiene en cuenta tener los datos en el momento justo para la toma de decisiones
¿A qué se debe el adormecimiento, el “acá no va a pasar”? ¿Es idiosincrasia, desconocimiento sobre la temática, falta de responsabilidad del sistema político o tal vez sea algún interés solapado del que nadie se atreve a hablar?
Ya no podemos actuar mirando hacia el costado o haciéndonos los distraídos, porque la vida de la gente está en riesgo y se está perdiendo calidad de vida y libertad, además de todos los perjuicios que ya sabemos acarrea el CTO. Depresión a nivel económico, debilitamiento a nivel de instituciones del Estado, por ende, debilitamiento de la democracia, poniendo en juego asuntos que deberíamos defender con todas nuestras fuerzas, y con la prioridad que merece.
Hace unos días atrás Perú, Colombia Ecuador y Bolivia anunciaron la creación de la “Primer Red Andina de Seguridad contra el Crimen Organizado”, sobre lo que también deberíamos reflexionar y avanzar en sumarnos. El tema es coyuntural y estamos inmersos, no somos una burbuja.
La campaña electoral en la estamos ingresando no puede ser un escollo hacia estas metas, si de verdad lo que nos interesa es proteger a nuestro pueblo…
Escuchar algunas voces que dicen que no se podrá avanzar en un plan integral contra el CTO, s no solo es desmotivante, sino mezquino. Escuchar decirles que NO SUMA realizar acuerdos interpartidarios en este momento donde hay que marcar las diferencias por la campaña electoral demuestra no solo la falta de compromiso con lo que es verdaderamente importante sino la perversidad del sistema…
Necesitamos un cerebro único desde donde se pueda actuar con premura y sin demora…
Eso se puede consolidar con los mismos recursos que trabajan hoy en las diferentes dependencias del Estado en la temática a la que hacemos referencia.
Para luchar contra el crimen organizado hay que estar más organizado que el crimen.
Soc. Rosanna de Olivera