Con el concepto de guerra cognitiva, la OTAN abraza y da nueva forma a la ideología izquierdista del culto woke DIE (diversidad, inclusión, equidad), que se basa en la mentira comunista de pretender conocer mejor los pensamientos del individuo que la propia persona.
A la hora de examinar la lista de instituciones capturadas por los elitistas de izquierdas, una de las más preocupantes es el ejército estadounidense. La izquierda está haciendo descaradamente proselitismo, neutralizando y politizando a las fuerzas armadas estadounidenses con su ideología DEI, un asalto intrínsecamente partidista y divisivo diseñado para vaciar su histórico espíritu de combate y su sistema de valores. Que la izquierda extendiera su proselitismo político a los ejércitos afiliados a nuestras alianzas era de esperar. Es imperativo oponerse a estos ataques políticamente subversivos contra nuestras fuerzas armadas y las de nuestros aliados.
Una alianza militar transatlántica en busca de una razón para perpetuar su existencia, la OTAN ha sido un objetivo primordial para su captura y utilización por la izquierda. El resultando es que, abrazando las narrativas paranoicas de la izquierda, la OTAN busca una nueva misión para aplacar las exigencias de las élites, que sostienen que, para detener a los nebulosamente definidos como autoritarios, la primera línea de defensa pasa por censurar y controlar a los ciudadanos libres de sus Estados miembros.
«Es necesario aumentar el grado de sensibilización sobre un nuevo concepto de OTAN que está en su infancia, pero que tendrá un impacto significativo en los individuos, los grupos, las sociedades y la forma en que se librarán las guerras en el futuro: la guerra cognitiva”, escribió el Comandante Cornelis Van der Klaauw en un artículo para el número de octubre de la revista “Tres Espadas”, publicada por la OTAN. La implementación de este «nuevo concepto» por parte de OTAN empezó en 2021, y su versión definitiva está a punto de ser aprobado por su Comité Militar. Evidentemente, eso significa que ha llegado el momento de que la alianza informe al mundo libre que 2024 marcará el comienzo de “1984” (ndr, en alusión a la obra de George Orwell).

“La guerra cognitiva es un hecho de la era moderna y todo el mundo, ya sea civil o militar, es un objetivo potencial. Los ataques cognitivos pretenden explotar emociones arraigadas en nuestro subconsciente, eludiendo nuestra mente consciente racional. Esto se consigue explotando sesgos, falacias, emociones y automatismos, pero también a través de la nanotecnología, la biotecnología y la tecnología de la información.”
Sí, una vez que esa primera bocanada de desinformación autoritaria se descarga sobre nuestros cerebros inconscientes, nosotros, los campesinos-populistas, podríamos convertirnos en amenazas domésticas, haciendo gratis el trabajo del enemigo. Entra entonces la OTAN, que sabe lo que piensas, aunque tú no lo sepas. Tal y como nos ilumina el Comandante:
“En la guerra cognitiva, el objetivo último es alterar nuestra percepción de la realidad y engañar a nuestro cerebro para afectar a nuestra toma de decisiones. Por lo general, no somos conscientes de tales ataques antes de que sea demasiado tarde y ya hayan afectado a sus objetivos. Por lo tanto, debemos protegernos aumentando la mentalización y desarrollando un sistema de indicadores y alertas que pueda proporcionar información en tiempo real.”
Esto les sonará familiar a los devotos de la patraña del sesgo inconsciente del culto maoísta del DIE, parte integrante de la operación de desinformación más amplia del «racismo sistémico» (que nunca puede terminar, no sea que todos esos apparatchiks acreditados de RR.HH. pierdan sus pecunios). Según el Comandante, la «guerra cognitiva» es tan omnipresente, incesante e interminable que no la puedes reconocer conscientemente, y por lo tanto, siempre necesitarás de la OTAN para olfatearla y erradicarla.
“Aunque los efectos cognitivos no son medibles en el sentido típico, sí afectan a cómo pensamos, qué sentimos y cómo actuamos… Ya se están produciendo ahora, y estos ataques seguirán haciéndose más sofisticados. Varios países están desarrollando éstas capacidades y recopilando datos para utilizarlas en ataques contra la dimensión cognitiva. Estas actividades se apoyan en técnicas como el data-mining y el análisis de datos, y se combinan además con la inteligencia artificial.”
Al parecer, estos ataques cognitivos son tan sofisticados que el autor no puede citar un solo caso concreto, aunque sí ofrece lo que (algún día) podría considerarse un ataque de este tipo: el «síndrome de La Habana». Cabe suponer que la «guerra cognitiva» es como la pornografía: uno la detecta cuando la ve. Pero la OTAN tiene una lista a mano de los más susceptibles a cualquier guerra cognitiva que pueda llegar a ser empleada contra la ciudadanía del mundo libre:

“Los más vulnerables son los individuos que perciben una falta de pertenencia, se sienten marginados, piensan que carecen de capacidad para expresar sus agravios o creen que se les priva de sus derechos. Normalmente esto se combina con una falta de confianza en la gobernanza y las estructuras sociales. Estas percepciones pueden obedecer a razones éticas, raciales, religiosas, económicas o incluso históricas. Las vulnerabilidades son también la clave a la hora de entender cómo podemos protegernos contra un ataque cognitivo.”
Sí, todos los cerdos son iguales, pero algunos cerdos-populistas son más vulnerables que otros. Si piensas que esto es una receta para la represión política, estás en lo cierto. Considera la lista orientativa de potenciales terroristas domésticos y traidores que ofrece el Comandante:
“En las sociedades occidentales, hay que considerar cuatro vulnerabilidades fundamentales:
- Estructura de gobierno: La estructura democrática liberal occidental es vulnerable a los ataques cognitivos y, al mismo tiempo, limita las posibilidades de detectar estos ataques y defenderse de ellos. (Traducción: la libertad es peligrosa para el mundo libre)
- El ámbito de los medios de comunicación y la información: La escasez de recursos o la falta de voluntad para compartir información abiertamente, especialmente en combinación con un bajo nivel de alfabetización o una capacidad de pensamiento crítico subdesarrollada, abre una vulnerabilidad crítica que puede ser explotada por los adversarios. (Traducción: El mundo libre necesita personas inteligentes que determinen qué información es segura para que nosotros, los tontos, la consumamos)
- Estructuras sociales: Las estructuras sociales fragmentadas y, en particular, las cámaras de eco son vulnerables a relatos falsos y engañosos. La falta de comunicación entre personas que únicamente intercambian información dentro de sus propias comunidades es una vulnerabilidad fácil de explotar.
- Creciente nivel de populismo: Las personas que sienten que no se les escucha o no están debidamente representadas en las instituciones y que la «élite» hace caso omiso de sus preocupaciones ven en el populismo la solución a sus problemas, lo que las hace especialmente vulnerables a la manipulación cognitiva.”
En resumen, el Comandante argumenta que en la guerra cognitiva todo el mundo es un objetivo potencial, siendo los populistas los más susceptibles. Además, la razón por la que los ataques cognitivos funcionan es que «logran un objetivo específico sin que el objetivo sea consciente de que está siendo atacado. Generalmente, el daño ya está hecho antes de que el objetivo se dé cuenta de que ha sido atacado». Peor aún, declara: «En el futuro, sólo habrá una regla en la guerra: No hay reglas». Entonces, ¿cómo pretende la OTAN proteger a nuestros «uno por ciento» domésticos de nosotros, los populistas-campesinos, una vez que hemos sido subconscientemente irritados por los autoritarios? Luchando por la paz mediante la censura para alcanzar la «resistencia cognitiva» y la «superioridad»…
Si esto te parece siniestro, eso significa que no perteneces a la burocracia de la OTAN. Para ser justos, el Comandante vislumbra un día en el que la paz a través de la censura ya no será necesaria. ¿Por qué? Porque un día la ciencia nos desarmará a nosotros, los populistas-campesinos, antes de que el enemigo autoritario pueda adaptar nuestras mentes a sus nefastos propósitos…
En el concepto de guerra cognitiva, la OTAN ha abrazado y remodelado la ideología izquierdista del culto woke DIE, ambos basados en la mentira comunista de conocer los propios pensamientos mejor que el propio individuo…
De esta manera, la OTAN intentará controlar los derechos conferidos por Dios a los ciudadanos de las naciones miembros del mundo libre (individual y/o colectivamente). La seguridad colectiva se convertirá en supresión colectiva; la «paz a través de la fuerza» en «paz a través de la censura»; y la misión de la OTAN en la del antiguo Pacto de Varsovia: la subyugación de los pueblos libres.
Thaddeus G. McCotter, en American Greatness, 17 de febrero de 2024. Fue Representante por Michigan en el Congreso de Estados Unidos entre 2003 y 2012.